
La fruta del capuli crece en manojos casi como las uvas. La fruta es similar en aspecto a la de la cereza europea, con una piel morada oscura y una carne verde, jugosa pálida, con un sabor similar a las cerezas salvajes. Aunque la fruta se come fresca en los Andes, también se guisa, se preserva, y se hace en jaleas y en vino.
Un jarabe se hace de la fruta para aliviar los problemas respiratorios. Una cocción de la hoja se utiliza como febrífugo y para diarrea. Se aplica como crema para aliviar las inflamaciones, infusiones de la hoja se utiliza como sedativo en cólicos y neuralgia, y como antiespasmódico. La corteza golpeada es empleada para el lavado de ojos.
0 comentarios