”Severiano de Cáceres Anaya(A los chotanos que sienten vergüenza o se sienten menos por ser chotanos)Chota, 18 junio de 2008.- Hay una copla folklórica que me gusta y suelo canturrear a veces que dice: “Las aguas se van a los ríos, los ríos se van al mar y este pobre corazón mío, detrás del tuyo se va…”. Sí, mi corazón se va detrás de “Mi niña Chota”, siento emoción por ella y sus gentes, me saltan las lágrimas muchas veces ante ella y sus gentes. Me siento feliz de decir que soy chotano adoptivo, que quiero a Chota, que me lleno de alegría con todo lo que significa y es “Mi niña Chota”.
Y es que los amores salen del corazón, pero vienen de un conocimiento y aceptación cariñosa.
Te contaré, paisano vergonzoso, que mis amores con “Mi niña Chota”, vienen desde los 12 años, desde aquellos años de estudiante de secundaria dónde junto a las matemáticas, geografía, literatura…también los frailes recoletos me hablaban de Chota y de sus gentes. Desde ese momento tenía seguro que conocería y amaría a “Mi niña Chota”, que entregaría parte de mi vida por ella, que sería mi amor.
No siento vergüenza ni rubor de declarar mi amor a “Mi niña Chota” en este día cercano al de la identidad chotana. Pero un amor que hace sufrir al saber que siguen muriendo niños a veces por enfermedades ya superadas, que muchos campesinos buscan el pan lejos de “Mi niña Chota” porque sus tierras no alcanzan para alimentar a su familia, que se siguen matando por un exceso de alcohol o un puñado de tierra…, que la ciudad y distritos dejan mucho que desear en su higiene, ornato… Por eso y muchas cosas más que los chotanos solemos decir qué vamos a arreglar durante las campañas políticas o cuando nos reunimos para formar algún comité y cómo no en estos días de nuestras fiestas y discursos elevados.
Desde aquella corrida de toros del año 1977 y aquella obra teatral “Los intereses creados” pretendí entregar una flor a “Mi niña Chota”, qué sueños de aquellos años mozos pensando arreglar el mundo y por supuesto a “Mi niña Chota” pero ella sigue ahí con múltiples carencias, abandonada, maltratada, engañada… Pero mi amor sigue intacto, seguiré luchando por ti desde donde esté, seguiré soñando con un nuevo amanecer para ti y tus gentes, seguiré ¡”chotaneando”! por el mundo con orgullo, hablaré de ti con más cariño, pondré más ilusión en los proyectos de desarrollo para tus gentes, contagiaré y llamaré a mis paisanos chotanos con un solo objetivo: “Mi niña Chota” y un digno bienestar para sus gentes.
Con todo cariño muy especialmente para los que cuando salen de Chota y les preguntan de dónde es, dice: “Limeño”, “Cajamarquino”, “del norte”… y sienten vergüenza de decir que son de Cabracancha, Chulit, Negropampa o cualquier lindo caserío de “Mi niña Chota”.
Severiano de Cáceres Anaya
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