Un día caluroso en la playa de La Barcelonesa puede ser sofocante, pero ahora es posible pasar frío, mucho frío si uno decide acudir al Ice Bar Barcelona, el primer local en España hecho en su totalidad de hielo. A una temperatura media de -10 grados, los clientes de este “bar de experiencias”, tal y como relata su propietario, Marcel Ziezinski, “son personas que quieran experimentar la sensación de frío en la época estival”. No es el primer local de estas características, la cadena de Ice Bar’s está presente en Copenhague, Londres, París, Tokio y Dubai entre otras ciudades internacionales.
¿Y qué hace un bar de hielo al lado de la playa? “Decidí abrirlo en la playa porque supone un contraste muy brusco. Del calor al frío extremo en tan solo unos segundos, es una experiencia que todo el mundo debería vivir. Por otra parte, el local ofrece un ocio distinto al resto de bares que lo rodean”, dice Ziezinski.
El bar necesita entre 40.000 kg y 50.000 kg de hielo al año
El Ice Bar Barcelona, dadas sus peculiares características, precisa un mantenimiento especial “que hace que los gastos del local se disparen”, admite Ziezinski. El bar necesita entre 40.000 kg y 50.000 kg de hielo al año que son trasladados desde Londres y Holanda por empresas especialistas. Para poder hacer el cambio, se tiene que cerrar el local durante una semana. Por otro lado, la factura de la luz del Ice Bar “es desorbitada”, según su propietario. El hielo se mantiene mediante la baja temperatura a la que está el local constantemente. Todo está previsto, cuando hay algún apagón, el bar tiene unos potentes generadores que hacen que el frío se mantenga. Y por si esto no fuera suficiente, el agua queda totalmente prohibida en la limpieza del local. Esta tarea se lleva a cabo con alcohol, que se evapora rápidamente y no se congela.
Vasos de usar y tirar
Todo el mobiliario del local es de hielo: mesas, sillas, decoración… ¡hasta la barra en la que se sirven las bebidas! Las sillas y sofás están recubiertos con unas mantas para que la estancia sea más cómoda. El local tiene un aforo de 40 personas, “los clientes pueden estar alrededor de una hora dentro del bar, pero no aguantan más por el frío”. Un total de 15 empleados, entre los que se encuentran camareros y mantenimiento, conforman la plantilla de este peculiar local. “Los camareros cambian cada media hora, pero hay algunos que pueden aguantar hasta dos horas sirviendo en la barra helada”, comenta el propietario.
los clientes pueden estar alrededor de una hora dentro del bar
Los vasos en los que se sirven las bebidas son de hielo y sólo se utilizan una vez. “Cuando el camarero recoge el vaso, los dejamos en la calle para que se fundan ya que limpiarlos sería imposible”, dice Ziezinski. Otra peculiaridad del local es que tomarse un café o cualquier bebida caliente es imposible, pero para eso está la terraza, que goza de una temperatura ambiente y a la que se puede acceder por la playa.
Todo lo que está dentro del Ice Bar es especial. “Hasta los surtidores de las bebidas, puesto que a la temperatura que está el local, un surtidor convencional se helaría”, comenta su propietario.
Ropa de abrigo para tomarse una copa
Abrigo, gorro y guantes configuran la equipamiento que Ice Bar ofrece a sus clientes para hacer más soportable el frío. Por 15 euros, todo aquel que desee acceder al recinto helado del bar, tendrá derecho a la ropa de abrigo y una bebida.
Marcel Ziezinski cuenta que “los clientes que vienen al Ice Bar son personas curiosas. Al local no se viene para estar toda la noche tomando copas, sino para vivir la experiencia que nosotros ofrecemos”. Por eso, el propietario del local asegura no estar “preocupado por la competencia que existe en Barcelona en cuanto a bares de copas. Somos únicos en lo que ofrecemos y eso lo saben nuestros clientes”.
¿Y qué hace un bar de hielo al lado de la playa? “Decidí abrirlo en la playa porque supone un contraste muy brusco. Del calor al frío extremo en tan solo unos segundos, es una experiencia que todo el mundo debería vivir. Por otra parte, el local ofrece un ocio distinto al resto de bares que lo rodean”, dice Ziezinski.
El bar necesita entre 40.000 kg y 50.000 kg de hielo al año
El Ice Bar Barcelona, dadas sus peculiares características, precisa un mantenimiento especial “que hace que los gastos del local se disparen”, admite Ziezinski. El bar necesita entre 40.000 kg y 50.000 kg de hielo al año que son trasladados desde Londres y Holanda por empresas especialistas. Para poder hacer el cambio, se tiene que cerrar el local durante una semana. Por otro lado, la factura de la luz del Ice Bar “es desorbitada”, según su propietario. El hielo se mantiene mediante la baja temperatura a la que está el local constantemente. Todo está previsto, cuando hay algún apagón, el bar tiene unos potentes generadores que hacen que el frío se mantenga. Y por si esto no fuera suficiente, el agua queda totalmente prohibida en la limpieza del local. Esta tarea se lleva a cabo con alcohol, que se evapora rápidamente y no se congela.
Vasos de usar y tirar
Todo el mobiliario del local es de hielo: mesas, sillas, decoración… ¡hasta la barra en la que se sirven las bebidas! Las sillas y sofás están recubiertos con unas mantas para que la estancia sea más cómoda. El local tiene un aforo de 40 personas, “los clientes pueden estar alrededor de una hora dentro del bar, pero no aguantan más por el frío”. Un total de 15 empleados, entre los que se encuentran camareros y mantenimiento, conforman la plantilla de este peculiar local. “Los camareros cambian cada media hora, pero hay algunos que pueden aguantar hasta dos horas sirviendo en la barra helada”, comenta el propietario.
los clientes pueden estar alrededor de una hora dentro del bar
Los vasos en los que se sirven las bebidas son de hielo y sólo se utilizan una vez. “Cuando el camarero recoge el vaso, los dejamos en la calle para que se fundan ya que limpiarlos sería imposible”, dice Ziezinski. Otra peculiaridad del local es que tomarse un café o cualquier bebida caliente es imposible, pero para eso está la terraza, que goza de una temperatura ambiente y a la que se puede acceder por la playa.
Todo lo que está dentro del Ice Bar es especial. “Hasta los surtidores de las bebidas, puesto que a la temperatura que está el local, un surtidor convencional se helaría”, comenta su propietario.
Ropa de abrigo para tomarse una copa
Abrigo, gorro y guantes configuran la equipamiento que Ice Bar ofrece a sus clientes para hacer más soportable el frío. Por 15 euros, todo aquel que desee acceder al recinto helado del bar, tendrá derecho a la ropa de abrigo y una bebida.
Marcel Ziezinski cuenta que “los clientes que vienen al Ice Bar son personas curiosas. Al local no se viene para estar toda la noche tomando copas, sino para vivir la experiencia que nosotros ofrecemos”. Por eso, el propietario del local asegura no estar “preocupado por la competencia que existe en Barcelona en cuanto a bares de copas. Somos únicos en lo que ofrecemos y eso lo saben nuestros clientes”.
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