Los tiburones, en su recorrido por el mundo de los océanos, se guían por el campo magnético de la Tierra. Esto es lo que ha demostrado un equipo de investigadores americanos, en experimentos realizados con siete tiburones. Los peces se orientan por medio de una brújula que los encamina según el campo magnético terrestre. En un tanque de agua estos animales reaccionaban a campos magnéticos producidos artificialmente. Los resultados de estos experimentos han sido dados a conocer por Carl Meyer de la Universidad de Hawai y sus colegas en Manoa, en la revista Journal of the Royal Society Interface. Los tiburones aprendían que en determinado lugar del tanque encontrarían alimento, siempre y cuando se activaba un campo magnético. Tras una fase de entrenamiento, los investigadores activaban sólo ese campo magnético. A pesar de que no había alimentos a la vista, los tiburones nadaban confiadamente hacia el lugar donde se suponía que estaba. Los tiburones reaccionaban directamente a variaciones del campo magnético y no a efectos visuales. Para asegurarse del resultado, los entrenadores durante las pruebas no estaban a la vista de los animales, ni tampoco el generador de dichos campos. En plena libertad, los tiburones son capaces de recorrer largas distancias en línea recta. También se ha observado que se orientan por promontorios subacuáticos, donde tienen lugar anomalías magnéticas. Ya hace tiempo que se sospechaba que podían seguir las líneas magnéticas; pero hasta ahora no había evidencias concretas de ello. Futuras investigaciones habrán de probar cómo y hasta qué intensidad reaccionan los tiburones a dichos campos magnéticos.
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