El 1 de noviembre se cumple un aniversario más de mi Chota querida, y una gran melodía alegra mi alma; es, como una tormenta psicológica que se agita en mi interior, moviendo las insondables profundidades de mi espíritu. Este misterioso pretérito en forma de encadenamiento, evoca a hadas, duendes y fantasmas de los cuentos que oía de niño; entonces, lleno de temor, ternura y alegría, me cobijaba en el regazo de mi madre. Luego llegó la juventud con sus cambios que despiertan las pasiones, el amor y las aventuras, las que fueron como flores que se marchitaron y nos dejaron dolorosas mordeduras. Ya en la adultez, se esfuman los conjuros y no reviven los muertos con el estímulo soñador, porque en esa edad sólo buscamos el poder y la gloria; entonces, todas las antiguas exaltaciones y privaciones que teníamos, quedaron en el olvido.
Estoy seguro, que el carácter y la sabiduría, dan al hombre gloria por su propio peso; pero, al mediocre, al ignorante o al lerdo, que se cree importante y olvida o niega a su tierra, avergonzado talvez de su origen o de su estirpe y sólo se ampara en el triunfo económico que le dio la diosa fortuna, es un resentido social, un fracasado, por eso se esconde en el pertinaz escudo del olvido; pero, para los que la queremos y radicamos en nuestra santa tierra, que sentimos y gozamos junto a ella sus atrasos o adelantos, damos gracias a Dios por habernos dado la vida, aquí en esta tierra linda. Igual hacen muchos paisanos, que año tras año vienen a visitarla, sacrificando el pan de su hogar y arriesgando sus vidas; pero, luego, vuelven orgullosos de haber estado en su tierra querida: es, porque en algún rinconcito del terruño se esconde un recuerdo que jamás se olvida, porque seguro que allí tuvieron goces y amarguras, placeres y alegrías.
Es por eso, que todo chotano, aunque esté en la lejanía, más allá del ancho mar, o donde Dios le haya ubicado para hacer su nueva vida, o si la muerte que es lo ineluctable nos atrapa algún día, nuestro espíritu que es una energía volará hacia el cosmos, con el grato recuerdo de haber nacido en esta tierra bendecida; y desde allí, frente al Creador del universo, le pediremos por nuestra madre patrona, la Virgen María, la saque de la postración a nuestra Chota querida.

Amílcar Mestanza Bustamante

Publicado por fuente de ayuda navegador web martes, 4 de noviembre de 2008

Subscribe here